«Resiliencia» significa ‘poder adaptarse a las desgracias y a las dificultades de la vida’. Pon a prueba tu nivel de resiliencia y obtén consejos para desarrollar tu propia resiliencia.
Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de resiliencia a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.
Es importante saber que la resiliencia no es un rasgo que las personas tienen o no tienen, sino que es un concepto que incluye una serie de comportamientos, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidos y progresivamente desarrollados por cualquier persona que se lo proponga.
Así que cuando nos sentimos abrumados por una situación, lo mejor es dar un paso atrás para evaluar su verdadero alcance. Analizar las posibles soluciones y dividirlas en pasos alcanzables.
La resiliencia, como elemento psicológico, se describió por primera vez en los años 70. La psicóloga del desarrollo estadounidense Emmy Werner estudió, hace alrededor de 20 años, a un grupo de personas de la isla de Kauai, una pequeña isla hawaiana relativamente pobre.
Cuando nos encontramos frente a situaciones en la vida difíciles de manejar, tenemos básicamente dos opciones. Podemos rendirnos y dejarnos derrotar por la situación o cultivar la resiliencia. Es decir, tratar de superarla.
La proactividad hace referencia al grado de iniciativa a la hora de enfrentarse a nuevos desafíos. Las personas proactivas tienen una actitud positiva y proponen nuevas soluciones a los problemas sin que nadie se lo pida. Las personas que son capaces de idear soluciones a un problema son más capaces de enfrentarse a los retos de la vida diaria que las que no lo hacen de forma habitual.
En estas fechas en las que nos solemos marcar objetivos para el resto del año, ser flexible y realista en la definición de los mismos, nos puede ayudar a su cumplimiento. Aprender de la experiencia, salir del círculo de la impaciencia, de la consecución inmediata de las metas.
Como se puede ver, la noción de resiliencia abarca las características psicológicas y biológicas intrínsecas para un individuo. No obstante, estas pueden ser modificadas para tener una mayor protección contra el desarrollo del estrés.
A lo largo de estos años, la Psicología y la Neurociencia han estudiado, no solamente las características de las personas resilientes sino los entornos en los que se desarrollan: las condiciones de seguridad, las relaciones interpersonales, el apoyo social, etc, dando así un carácter social a la resiliencia.
La proactividad es un rasgo que se puede desarrollar; para hacerlo debemos experimentar con distintas estrategias, hasta desarrollar una forma lógica de resolver los problemas que nos funcione a nosotros mismos y nos permita resolver los más frecuentes. Exponerse y resolver problemas de forma regular nos prepara para enfrentarnos a los retos y dificultades futuras.
Si quieres ser una persona resiliente y no sabes cómo lograrlo, puedes comunicarte con nosotros. Acudir al psicólogo también puede ayudarte a desarrollar ciertas características. Conoce los canales de atención gratuita de Porque Quiero Estar Bien.
La capacidad de resiliencia está estrechamente ligada a otros factores de salud general. Al tomar medidas positivas para mejorar nuestro estilo de vida, también podemos desarrollar habilidades de resiliencia. Las acciones que realizamos para cuidarnos, como comer bien y hacer ejercicio, nos permiten enfrentar mejor las dificultades de la vida diaria. A continuación recogemos una serie de consejos generales que pueden ayudar a desarrollar una mejor capacidad de resiliencia.
Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso. La resiliencia conlleva mantener flexibilidad y balance en la vida en la medida que se afrontan circunstancias difíciles y eventos traumáticos.
Si queremos que nuestros hijos afronten las dificultades de la vida con fortaleza es importante construir un apego seguro y educarles en la capacidad de ser resilientes, para ello es fundamental nuestro ejemplo, no sobreprotegerles y sobre todo creer en ellos.
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Aunque la experta afirma que para desarrollarla no se necesita seguir unos pasos o una serie de instrucciones porque la resiliencia se construye a raíz de la manera en la que vivimos las situaciones, sí se puede adquirir desde la niñez dependiendo de la crianza y la influencia de los papás a la hora de solucionar situaciones complicadas o estresantes que el hijo observa y copia. También se pueden tener en cuenta algunas claves para ser una persona resiliente:
Tener sentido del humor y reaccionar de manera positiva es muy importante. Una vez que el suceso estresante ha ocurrido y que no podemos hacer nada por evitarlo, el cómo nos comportemos nos afectará psicológicamente en los días posteriores. ¡Aprende a reírte de los problemas!
Es importante construir buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes en nuestras vidas. Aceptar ayuda y apoyo de personas que nos quieren y escuchan ayuda a proveer modelos a seguir y ofrecen estímulos y seguridad. Algunas personas encuentran que estar activo en grupos de la comunidad, organizaciones basadas en la ayuda a desfavorecidos, y otros grupos locales les pueden proveer sostén social y les ayudan a tener esperanza.
“Quem disse que precisamos ser resilientes todos os dias? ... Sim, mesmo os mais resilientes necessitam ter os seus dias de descanso e recuo”, escreveu Fábio de Melo em sua publicação.
Resiliência é a capacidade de enfrentar e prosperar diante de dificuldades, desafios e adversidades. Perseverar e se adaptar às mudanças é, mais do que uma qualidade, uma atitude que pode ser ensinada e aprendida.
No campo do desenvolvimento psicossocial, o termo resiliência representa a capacidade de o ser humano recuperar-se mesmo num ambiente desfavorável, cons- truir-se positivamente, utilizando as forças que lhe advêm do enfrentamento das adversidades.
Como ensinar resiliência na prática. Otimismo: mostre aos estudantes que é sempre importante ver as situações, por piores que pareçam, pelo lado positivo. Só assim é possível pensar em soluções para resolver um problema. Solidariedade: as crianças precisam perceber desde cedo a importância de ajudar as outras pessoas.